La nariz debe calentar y humidificar el aire que respiramos para que llegue a los pulmones en buenas condiciones. Si respiramos por la boca y el aire está muy frío se puede provocar inflamación de garganta (laringitis) y de oídos ( otitis). En estas condiciones estaremos más propensos a coger un catarro o una gripe.
Ahora que ya empieza a hacer frío es conveniente cubrir la garganta. Va siendo hora de lucir ese precioso pañuelo o una bufanda suave para evitar que el aire frío entre en nuestra garganta y, con él, los gérmenes.
Para que la mucosa de la nariz y la garganta estén protegidas hay que evitar la sequedad hidratándonos adecuadamente. Debemos tener a mano el vaso de agua ( a temperatura ambiente se absorbe mejor).
No nos olvidemos que comidas y bebidas muy calientes o muy frías pueden dañar la garganta
Es muy importante lavarse las manos muy a menudo, especialmente después de sonarse la nariz o de haber estado en contacto con algún niño que tenga dolor de garganta. Evitar sustancias irritantes como el humos de los cigarrillos propios o ajenos.
Limitar el consumo de cafeína y alcohol, ya que pueden secar la garganta. Tener una dieta rica en vitamina A, C y E para mejorar la salud de la garganta. Reducir el consumo de alimentos picantes, que pueden hacer que los ácidos estomacales lleguen a la garganta.
Con estas precauciones aguantaremos mejor el frío que se avecina.