Manos y pies fríos (síndrome de Raynaud)

En estas fechas en Vitoria hace mucho frío. Esta mañana hacía un aire gélido y las manos, ¡ que pobres ! además de estar expuestas a las inclemencias del tiempo, las sometemos a torturas continuas con detergentes, lejías, lavándolas con agua muy fría o muy caliente. El resultado es resecamiento e incluso grietas.  Para regenerarlas conviene utilizar cremas muy nutritivas, masajeando bien en la zona de las uñas, procurando que penetre para evitar padrastros.
La crema será completa si además lleva protección solar , ya que siempre están ahí en primera línea recibiendo la agresión solar.
Si tenemos siempre las manos frías unos guantes calentitos serán nuestros aliados. Las personas que tenemos síndrome de Raynaud, debemos protegernos más, si cabe.

El síndrome de Raynaud es una enfermedad relativamente frecuente de causa desconocida, pero lo que la desencadena es la exposición al frío o el contacto con el agua muy fría, aunque hay casos (menos frecuentes) en los que es activada por un estímulo emocional, Es un trastorno que afecta a los capilares de las manos y en menor porcentaje a los de los pies, afectando a la circulación normal de la sangre. Los capilares  se contraen y la sangre no puede circular, entonces se quedan los dedos congelados  (es muy desagradable e incluso doloroso). Si nos sucede es necesario masajear las zonas afectadas, (pueden ser varios dedos), y acceder cuanto antes a zonas cálidas.

Para prevenir el fenómeno hacer ejercicio siempre es recomendable ya que ayuda a activar la circulación. Tratar de mantener calientes manos y pies con buenos guantes, calzado y calcetines adecuados. No manipular alimentos congelados, (lo de jugar con la nieve nos sienta fatal). Procurar no estar parado mucho tiempo si las temperaturas son muy bajas y…

¡animo que esto nos nos condicione!.

 

Con estos fríos cuida tu piel

Ahora  en los próximos meses debemos acordarnos del daño que hace el frío, el viento y los cambios bruscos de temperatura en nuestra piel.

La naturaleza, que es tan sabia, ha dotado a la piel de una barrera protectora. Una capa hidrolipídica, pero aún así, no es suficiente. Las agresiones meteorológicas y los cambios bruscos de temperatura a los que sometemos nuestra piel hacen que pierda agua. con el riesgo de irritarse y descamarse. Además, cuidado con las pieles sensibles, pueden aparecer rojeces ( venitas azuladas ) en varias zonas.

  • La cara siempre está expuesta por lo que es necesario protegerla desde que nos levantamos. Después de una buena limpieza (esencial) por la mañana aparte de hidratarla aplicarermos la protección solar (aunque estemos en otoño el sol está ahí haciendo de las suyas ). El maquillaje también protege y con un indice de protección solar mejor que mejor. La nariz y alrededores merece especial cuidado cuando estamos resfriados ya que los maltratamos sonándonos una y otra vez. Usar una buena crema regeneradora y los días de aire muy frío y seco si estamos en el exterior poner la bufanda de manera que cubra las vías respiratorias.
  • Los labios, tan sensibles ellos, se secan con facilidad con el frío y al notarlos secos a veces tendemos a humedecerlos con saliva, pero este hábito los irrita aun más. Hidratarlos con un producto especifico a la mañana, al mediodía y a la noche una capa generosa para que se regeneren mientras dormimos.
  • El cuello y el escote sufren un montón con la climatología adversa. Esta zona no tiene tantas glándulas sebáceas como la cara por lo que está menos protegida. Vamos a ponernos manos a la obra para lucir un precioso escote en primavera. Aplicamos una crema específica haciendo un masajito hacia arriba.
  • Las manos hay que hidratarlas muy a menudo con una crema nutritiva y si además tiene protección solar, estupendo. No nos olvidemos de tener siempre cuando el frío aprieta unos guantes calentitos.
  • El cuerpo no hay que olvidarlo en las épocas de frío. No nos convienen las duchas demasiado calientes ya que ayudan a eliminar el manto hidrolipídico provocando sequedad ( descamación )  y picor. Agua templadita con un gel suave, secar suavemente e hidratar bien, sobre todo, en codos, piernas y pies. Debemos abrigarnos bien con tejidos transpirables, como el algodón, que ayudan a conservar el calor corporal y permiten la evaporación del sudor a través de ellos. Las prendas sintéticas muy ceñidas pueden provocar irritación y descamación.