Me acuerdo muy a menudo de mi padre. El recuerdo más gráfico de cuando era muy pequeña era verlo trabajar en su banco de ebanista, lleno de herramientas, que para mí eran tan intocables como interesantes. Incluso a veces iba con mi vasito de leche a decirle buenas noches antes de irme a la cama, y me quedaba con el olor a madera y barniz. En esa época me parecía un hombre alto, guapo y un poco flaco, que no dejaba ni de trabajar ni de fumar. Siempre tenía un cigarro en la boca. Recuerdo  en las mañanas de invierno su voz despertándome para ir al colegio que se mezclaba con el sonido de la leña ardiendo en la chimenea recién encendida. Mi habitación estaba encima de la cocina y la chimenea pasaba al lado de mi cama.

Ya, de más mayor, cuando traía mis notas, recuerdo su cara sonriente, no decía nada, seguía cavando la tierra, sólo sonreía.

Ya jubilado disfrutaba con su huerta rodeada de rosales, gladiolos, hortensias… de los periódicos diarios y de su café, de su partida en el centro de mayores y de su trabajo con la madera.

Cuando venía a cuidar de su nieta, si estaba enferma o no había colegio, ¡el susto que se llevaba si no la encontraba en su cama! (la niña se venia a la mía si se sentía mal).

Hoy es el día de la mujer trabajadora y ha salido un resplandeciente sol, con una temperatura primaveral. He visitado a una buena amiga en la residencia de ancianos, es mi amiga más mayor. Estuvimos una hora charlando y me contaba las peripecias que hacía su madre para sacar a sus hijos adelante y tener la comida hecha y todo en orden cuando llegaba su padre de trabajar de la fábrica de Aranzabal.

Nosotras hoy, intentamos ser buenas madres, esposas y estupendas profesionales, sin morir en el intento. Sintiéndonos muchas veces mal por no llegar a todo. Intentando compensar los momentos que no estamos con los hijos. Todavía los indicadores dicen que la mujer sigue dedicando mucho más tiempo al trabajo de casa que el hombre, ¿será que no educamos bien a los niños?. Pensemos en nuestra responsabilidad. Desterremos la frase de «ayudar en casa» por «compartir los deberes» y luego nos sentamos juntos o salimos o… lo que sea y sobre todo sin renunciar a nada. Si nos ayudamos los dos podemos conseguir todo.

Feliz día…

Los labios son la puerta de entrada de nuestra boca y como tal se merecen unos buenos cuidados. Están sometidos a todo tipo de agresiones, externas e internas. Ahí están, en primera línea recibiendo al frío del invierno, la sequedad del ambiente, el calor del sol y los alimentos demasiado calientes. Si estamos en la playa se nos dañará más el labio inferior, y si estamos en la nieve, el superior. Esto se debe a que el reflejo del sol nos dá de forma diferente y si no están bien cuidados y protegidos se nos deteriorarán. Sin olvidarnos de los alimentos, a veces, demasiado calientes o fríos en exceso. ¿Por que debemos cuidarlos?.Porque son más sensibles que el resto de la piel, cuentan con escasas glándulas sebáceas (por eso se desidrátan tan facilmente) y no tienen melanina, pigmento protector de la radiacción ultravioleta, o sea, que no tienen quien les proteja.

• Si tenemos unos labios en mal estado puede que sea un aviso de alguna alérgia, algún pintalabios, algún enjuague o pasta dentífrica, etc.
• Si están agrietados, o somos propensos a tener herpes (calenturas) puede ser falta de vitaminas del grupo B. Tomando un suplemento que tenemos en farmacia, durante un tiempo y añadiendo a la dieta abundantes vegetales de hoja verde clara y oscura, guisantes y fruta, el éxito está asegurado.
• Si ya tenemos un herpes, infección que produce unas ampollitas en la parte más externa del labio, aplicaremos un tratamiento entiviral (en forma de pomada) cinco veces al día, o sea, que la pupa este siempre cubierta. Hidratar bien el resto del labio para que no tire y termine sangrando, por lo que alargaría el tiempo de curación. Y para tener unos labios estupendos…

Hay que evitar humedecerlos constantemente con saliva ya que esta está preparada para luchar contra las bacterias, precisamente, por efecto secado. y un ph que irrita la mucosa labial. No debemos mordisquearnos alguna pielecilla muerta o tirar con los dedos, se puede provocar herida y por lo tanto infección. Pasar suavemente un cepillo de dientes suave o la toalla nos ayudará a hacer una exfoliación.

Si bien la piel del hombre tiene distintas caracteristicas que la de la mujer, en este caso tenemos la misma fragilidad en los labios. Para las chicas el mejor protector es la barra de labios, siempre con un serum hidratante o crema seguido de una pasadita de maquillaje (con factor uv) debajo. Para los chicos un buen bálsamo labial con protección UV.

Me encantan los bálsamos de los laboratorios Lierac.

Dos bálsamos fundentes para unos bonitos labios brillantes indispensables para el bolso. Una base perfecta de maquillaje o cuidado rápido, fácil y ligero. Llevan cera de rosa natural, manteca de karité, ceramidas, vitaminas A y E, y un plus, el filtro solar SPF 15. Eficaces para reparar, hidratar y nutrir los labios, además de formar una buena barrera protectora.

Al aplicarlo, el bálsamo rosado es transparente. En menos de un minutos los labios tienen un acabado rosa nacarado «a medida», según el Ph de cada una, el pigmento del bálsamo adquiere un tono más o menos intenso.

El bálsamo transparente es ideal como base o incluso encima del pintalabios. Tenerlo siempre «a mano» en este tiempo, todavía tan frío.

Mañana más…