Que la primavera la sangre altera es algo que hemos oído desde pequeños, pero está claro que altera la vida de muchísima gente con el tema de las alergias. Cada vez más población se ve afectada por la polinización de multitud de plantas y árboles, por lo que el aire se llena de pólenes, (sobre todo de gramíneas). Parece ser que las alergias son la pandemia del siglo XXI. Leo que en España hay diez millones de alérgicos (que se dice pronto), y que se multiplicarán por dos en 2025. Y lo peor es que ya no se limitan a la primavera, cada vez duran más. Empiezan en enero con los cipreses, siguen con las gramíneas y plátanos de sombra (en Vitoria hay muchísimos) y en julio los olivos,
que también tenemos aquí. Además, cada vez hay más alérgicos crónicos que están con síntomas todo el año. Este 2014 está siendo bastante fastidioso. Es un buen tema para los investigadores, no cabe duda, encontrar soluciones es un gran reto.
Desde luego, que nosotros cada vez vemos más casos en el mostrador. Yo misma empecé a notar alrededor de los treinta años, aunque con el embarazo se me redujo considerablemente y en la actualidad no me puedo quejar, es llevadero. Siempre, claro está, siguiendo unas pautas de comportamiento que he ido aprendiendo.
Empecemos por el principio. La alergia es una reacción exagerada de nuestro organismo que ve como dañina una sustancia que es inofensiva para la mayoría de las personas y que se llama alérgeno. Esto provoca una serie de síntomas característicos, lo que se conoce como reacción alérgica. Puede manifestarse de distintas maneras y tanto los síntomas como su intensidad variarán en función de cada persona. Las más habituales son: rinitis y conjuntivitis alérgica, urticaria y asma bronquial.
Vamos a repasar las posibles causas del aumento de los procesos alérgicos, pueden están ligados a :
- Aumento de la contaminación y de las partículas diésel en el aire (tenemos demasiados coches con este carburante). Las partículas del gasóleo en el aire facilitan el transporte del polen hasta la nariz y su penetración en los pulmones.
- Exceso de higiene. Nos lavamos demasiado, y lavamos demasiado a nuestros niños. Al cloro de las piscinas. Según una investigación de la universidad de Lovaina (Belgica), el contacto generalizado con el cloro de las piscinas cubiertas es el desencadenante de muchos casos de asma.
- Los alimentos procesados. La industria alimentaria ha cambiado nuestros hábitos de consumo, se tiende a comer menos frutas, verduras frescas y pescado azul. La comida que compramos en los supermercados contiene muchas sustancias químicas que no existían antes y puede que nuestro sistema inmunitario no sepa por donde le da el aire.
Seguimos…