Estoy recuperándome de una operación de juanete (Hallux Valgus) en ambos pies. Llevaba mucho tiempo sufriendo. Mal hecho. Hasta que me decidí a poner remedio. Yo creo que los primeros síntomas fueron los calambres, me daban a veces conduciendo, me tenia que parar. Era un dolor agudo y cada vez tardaba más en pasar. He tomado antiinflamatorios, usado protectores ( el alivio fue rápido), baños por la noche, masaje, ejercicios para activar la circulación y estiramientos. Me hacían la vida más fácil, pero el problema seguía ahí, hasta que ya no he aguantado más.
He sido intervenida de exóstosis dorso-medial de la primera cabeza metatarsiana de ambos pies en grado muy acusado, con bursitis e higroma más acusado en pie izquierdo. La operación se ha realizado con anestesia local, eso sí, con un relajante para ir tranquila.
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La intervención a la que he sido sometida ha sido realizada mediante técnicas microquirúrgicas, a pesar de lo cual no deja de ser una intervención de importancia, por lo que no deberé forzar mis pies para la buena consolidación de los huesos, buena recuperación y resultado satisfactorio.
Deberé utilizar calzado amplio y que sujete el pie. No deberé coger pesos, ni agacharme, ni caminar en exceso, ya que podría luxar o salirse de la articulación el hueso operado o deformarse el dedo operado.
La intervención conlleva puntos de sutura, por lo que si la movilidad es muy grande por caminar mucho, se puede retardar la cicatrización al separarse la sutura.
Es totalmente imprescindible que no se mojen las heridas, ya que si así fuera, las heridas se reblandecen y pueden infectarse con el consiguiente retardo de la cicatrización del proceso operatorio.
Puede haber un ligero sangrado, que puede manchar los apósitos quirúrgicos, pero no tiene importancia. Con reposo y levantando los pies dejará de sangrar. No tiene porqué haber dolor, aunque sí inflamación, hematoma o derrame. Es normal, forma parte del proceso.
La intervención ha durado alrededor de dos horas. Sólo sentí los pinchazos de la anestesia, más en el izquierdo porque era el que peor estaba. Pensaba dormirme, ya que había tomado una pastilla para ir relajada. Pero no… no me dejaron, estuvimos charlando tranquilamente e incluso se me hizo corto. El trato fue exquisito, me sentí muy a gusto con José Mª Serna y Carmen, su enfermera. Una vez terminado salí del brazo de Valentín hasta el coche que teníamos estacionado enfrente. Cené, tomé los medicamentos que me había prescrito y a la cama ¡ sin nada de dolor!.
Continuará…