Ya pueden salir los niños

Ayer primer día de salida (con todas las precauciones), de los más pequeños de la casa.  ¡que emoción!. Lo primero que vi al salir a mi balcón, fue a una niña con su patinete saludando a todos, eufórica. ¡Uauu!.

Me daba la impresión, que habían sacado a la calle sus bicis y sus patinetes relucientes, era una sensación de… todo nuevo…todo a estrenar, como si hubieran estado preparándolos para el acontecimiento. Me recordaba el día de Reyes.

Nos están dando una lección con su capacidad de adaptación.

El balcón de Sandra

El balcón de Sandra, está contiguo al mío. Ambos dan a la calle San Pelayo, dónde el ambiente forma parte del decorado. A cualquier hora del día es, sin duda, la calle de Cangas de Onís por excelencia para pasear, comer bien y beber buena sidra en compañía; o sólo, ya que los asturianos son muy hospitalarios, amables, y, simpáticos. Por eso, ahora, con el confinamiento, resulta tan extraño verla vacía.

Sandra en su balcón, durante el confinamiento.

La calle vacía

Si me dicen hace unos meses que mi calle iba a estar vacía no me lo habría creído. Ni en un sueño podría imaginar la calle San Pelayo, sin las sidrerías y los pubs a todo gas. Sin el ambiente de los paseantes…sin la vida que se respiraba. Sin esa mezcla de acentos. Puedo decir sin temor a equivocarme que en el último año hemos atendido a gente de toda la península y de un montón de países como Australia, Israel, Holanda y, un largo etc.

El balcón de Ethel

Entra el sol hasta la almohada, calentándome la cara e invitándome a salir a mi balcón. Me siento una afortunada, aunque, es muy estrecho, me permite «adentrarme» en la calle. Una bocanada de aire fresco, envolvente, y regenerador, me provoca una sonrisa; sobre todo, por la cantidad de pajaritos que cantan y danzan, de un tejado a otro. De ventana en ventana, sintiéndose los verdaderos dueños.

En el apartamento de al lado vive Sandra. ¡Otro regalo del cielo en plena cuarentena!. En un edificio de tres alturas, con sólo tres apartamentos ocupados, ¡es una auténtica suerte tener una vecina!.

Su balcón, nos separa algo más del metro y medio que mandan los cánones, así que, empezamos tomando un té y seguimos… acompañándonos en la comida cuando el tiempo meteorológico, nos lo permite.

Bajan las temperaturas en Vitoria

Mi compañera de piso Idoia está notando mucho el frío y, ha decidido pasar la tarde con su pijama más gordito…le digo que es el momento de darse un poco de mimo,(por dentro y por fuera). Por ejemplo con una exfoliación y después, una buena mascarilla.img-20161106-wa0027

Efectivamente, la bajada de las temperaturas es ya, una realidad y, cuando hace frío hasta las pieles grasas necesitan nutrirse. El viento, las calefacciones y la contaminación de la ciudad ensucian la piel y hacen que empeore durante estos meses. El manto hidrolipídico de la epidermis se debilita y hay peor circulación… por lo que le llegan menos óxigeno y nutrientes. El resultado será una piel apagada y seca, y no sólo eso, una falta de lípidos e hidratación pone en peligro su función protectora.

  • En una piel seca es fundamental no descuidar la hidratación, y para ello necesitamos utilizar cremas más nutritivas, que aporten un extra. Suelen ser untuosas, dejando una especie de segunda piel, que nos protege de los agentes externos.
  • En una piel mixta,necesitaremos una crema menos untuosa en la  zona T (frente, nariz y mentón) mientras que para las mejillas una más nutritiva.
  • Aunque las pieles grasas suelen fabricar exceso de sebo, con el frío se ralentiza la producción, así que, necesitaran también cuidado especial.